El nombre de “guirrio” es más genérico, pero en Siero y Bimenes se nos conoce por “sidros”. Sobre la procedencia del nombre hay varias teorías. Según Constantino Cabal, la palabra “guirrio” procede del latín guerrire (saltar de gozo, retozar), en clara referencia a una de sus funciones. Para Fausto Vigil, procede del euskera oguerria, que significa Navidad. Para la palabra “sidro” se busca una salida fácil, y lo llama así por su relación con la sidra. Nada más lejos de la realidad. Hay aún otra opinión que indica que “guirrio” procede de «guirriar» (reír). Sobre su origen, Fausto Vigil considera que los “sidros” (entendiendo por tal el conjunto formado por los “sidros y la comedia”) son el último eslabón de Los autos sacramentales que se representaban en las iglesias, y después fuera de ellas. Para Juan Uría, considera que su origen está en las celebraciones de los pueblos primitivos. Según otra opinión, y mitológicamente hablando, el “guirrio” sería la reencarnación de los viejos mitos griegos y romanos del “Silvano”, del “fauno” y del “busgosu”, persiguiendo a las mujeres para volverlas fecundas.